La evangelización del Cosmos (IV). El programa MONIATO

No tuvo éxito el Padre Codoñer en su proyecto de contar con "Bobby Deglané". Las razones, poco esclarecidas todavía hoy, podrían tener relación con los flirteos que Deglané mantuvo por aquel entonces con la joven Marisol Ayuso, y que Codoñer siempre censuró por contrarios a las buenas constumbres y a la moral. Convencido de que Deglané podía comprometer con su moral relajada la vocación eminentemente evangelizadora de su proyecto, Codoñer desistió de contar con el periodista, a quien con motivo del 18 de julio de 1965, el mismísimo Francisco Franco le otorgó, en atención a los Méritos y circunstancias que concurrían, la Encomienda con Placa de la Orden Imperial del Yugo y las Flechas.

Por su parte, Mariso Ayuso, hija del actor Pedro Pablo Ayuso y de la aristócrata Soledad Domínguez y Giraldés, (nieta del Vizconde de Troncoso), tenía un hermano que se estaba abriendo paso como actor cinematográfico: Hepatopáncreas Ayuso. Y a él se dirigió Codoñer para prestigiar y reforzar su iniciativa.

Codoñer y sus colegas en la NASA

Como Codoñer mantenía una fluida relación epistolar con William Hayward Pickering, a la sazón director del Laboratorio de Propulsión a Reacción de Pasadena (California), estaba al tanto de los resultados del Programa Ranger, cuyo objetivo principal era fotografiar la Luna para obtener información acerca de las características de la superficie lunar. Y en cuanto la sonda Ranger 7 envió las primeras fotografías de la cara visible de la Luna en julio de 1964, Codoñer inició la redacción del que sería su primer guión cinematrográfico sobre la epopeya de evangelización del Cosmos.

En un planeta impío” sería el título definitivo de la película estrenada en 1967, cuya recaudación se destinó íntegramente a sufragar la puesta en órbita del primer satélite evangelizador del Cosmos. Y para el rodaje no se escatimaron medios: la altruista participación del novel Hepatopáncreas Ayuso, cuyo valor artístico derivaba principalmente de la poderosa influencia y de la generosa financiación de su aristocrática madre, se completó con la incorporación al proyecto del prestigioso cineasta Percudido Balmases y de su musa, la actriz Vicentita Soler.

Además de un inteligente guión de Codoñer, la película ofrecía, en rigurosa primicia, las imágenes de la superficie lunar, recreando la presencia de micrometeoritos con los efectistas fuegos artificiales del pirotécnico de Godella Juan José Brunchú. Y con tales ingredientes, el éxito en taquilla permitió no sólo contar con los recursos económicos necesarios para la evangelización del Cosmos, sino popularizar a través del cine el proyecto, que a partir de entonces gozaría de un gran respaldo mediático.

Sin embargo, el 27 de enero de 1967, Codoñer recibió un telegrama que le sumió en nuevas tribulaciones: la primera misión tripulada del programa espacial estadounidense, conocido como Programa Apolo, había sufrido un grave contratiempo, al incendiarse la cabina durante una prueba que se desarrollaba en Cabo Cañaveral.

Codoñer conocía de primera mano el objetivo de la misión Apolo 1, que consistía en lograr un alunizaje tripulado sobre la Luna, por eso la decisión de la NASA de suspender durante veinte meses los vuelos tripulados Apolo, mientras se corregían los problemas encontrados, condicionó también el desarrollo de los trabajos programados por Codoñer: necesitaba un entorno discreto en el que ensayar y probar las hipótesis que permitieran corregir los fallos detectados por sus colegas estadounidenses.

Prototipo del Programa MONIATO
La localización ideal que Codoñer buscaba fue sugerida por Ángel Suquía Goicoechea, que desde julio de 1966 ejercía como Obispo de Almería. Y resultó ser un emplazamiento espléndido en opinión de Codoñer, ya que la amplia extensión de 280 km. ubicada en la Provincia de Almería, concretamente en los los términos municipales de Tabernas, Gádor, Santa Cruz de Marchena, Alboloduy y Gérgal, constituye el único desierto de Europa y era, por aquel entonces, un referente para los rodajes cinematográficos y publicitarios, habiendo albergado muchos westerns estadounidenses y películas de otros géneros, como “Lawrence de Arabia” (1962), “Cleopatra” (1963), o la serie de películas con tema encargadas por la Diócesis de Almería a Percudido Balmases, entre las que destaca “El tío judía” (1965).

En el desierto de Tabernas, Codoñer llevaría a cabo el experimento definitivo que determinaría la validez técnica de sus teorías para evangelizar el Cosmos. Pondría a prueba lo que la NASA había definido como el “MOdulator NItroglycerin ATOmic”, y que respetando su nomenclatura anglosajona, Codoñer bautizó como Programa MONIATO.

Continuará

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