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S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: juny, 2019

CATÓLICAS VIRTUOSAS

En un mundo en que la conspicua observancia de los preceptos morales que iluminan en recto devenir de las almas hacia su natural morada, hacia su unidad de destino en lo universal, el cristiano se ve impelido a desempolvar los valores y lauros que orlaron otrora su frente. El padre Ignacio Corrons, esa mente privilegiada de moralidad enhiesta, lo dijo en uno de sus maravillosos sermones que con motivo del XXXV Congreso Eucarístico de Barcelona de 1952, pronunció en Monte Juích y que sintetizamos aquí por ser de pingüe largueza. "Y si hablamos de la mujer, la joven o incluso de la niña que, cual azucena candorosa, asoma a los azares del siglo, tenemos por fuerza que pensar que en ellas se alberga una suerte de sagrario que guarda las puras, limpias y piadosas esencias de la Santísima Virgen María, en todo inmaculada y en todo rosicler luminiscente de virtud. ¡Qué gran responsabilidad, pues, la del femenil género que no solo propulsa el humano linaje sino que cuida de la básica

EL FÉRETRO DEL EMPERADOR

Imatge
EL FÉRETRO DEL EMPERADOR I Cuando, allá en su ilusa juventud, Elvis de Dios Oblitas   se matriculó en la Facultad de Arqueología,   soñaba consigo mismo abriéndose paso en la espesura, machete en mano,   en busca de civilizaciones engullidas por la jungla y el tiempo, o,   enfundado en bombachos y salacot, desenterrando tesoros funerarios de antiguos faraones. Al regreso de sus viajes, el mundo se rendiría a sus pies: honoris causa, conferencias, hijo predilecto, cocteles en palacio y las más bellas damas suspirando por el cipote del irresistible explorador. Carter, Bingham, Schliemann...esos nombres pesaban mucho en sus fantasías.   Treinta años después, el globo se había desinflado en la monotonía de la docencia universitaria,   apenas aliviada por algún trabajillo de campo desempolvando y catalogando pálidos restos de cerámica primitiva. Esos paréntesis al aire libre   eran lo más excitante que le había deparado una carrera de la que a estas alturas ya esperaba poco,