Vivir en los anuncios
Cuando se acercan las fechas proclives al
regalo, la publicidad televisiva se preña de perfumes de todas clases que
prometen paraísos de los que podemos renegar entre bufidos y pestes. ¡Qué manera
de tomar el pelo!, decimos. Pero, ¿no sería más chulo poder quedarnos a vivir
en esos anuncios maravillosos?
Por lo común presentan parejas que se lo están
pasando de muerte con los preliminares de unas sesiones de sexo quizás gloriosas. Otros anuncios nos muestran a algún gilipollas en el desierto o en
medio del mar venga pegar miradas angelicales o haciendo chulerías. O bien, los ambientes
más sofisticados en los que uno se toma una copichuela y persigue a la bella. Bella
que muchas veces está tan calentorra que parece que va a usar el envase del
perfume como confortante venéreo. En fin, mundos sin vejez, estrés, apuros…
¿Por qué no quedarse a vivir en esos anuncios y pasar de todo lo demás?
El único problema es que para vivir en esos anuncios hay que saber idiomas, si no no te comes una rosca. Y es que en todos hablan en inglés o en francés, coños.
ResponEliminaNo pasa nada. Te echas unas gotas de esos perfumes y te vuelves políglota como el Pare vicent.
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