CATÓLICAS VIRTUOSAS
En un mundo en que la conspicua observancia de los preceptos morales que iluminan en recto devenir de las almas hacia su natural morada, hacia su unidad de destino en lo universal, el cristiano se ve impelido a desempolvar los valores y lauros que orlaron otrora su frente. El padre Ignacio Corrons, esa mente privilegiada de moralidad enhiesta, lo dijo en uno de sus maravillosos sermones que con motivo del XXXV Congreso Eucarístico de Barcelona de 1952, pronunció en Monte Juích y que sintetizamos aquí por ser de pingüe largueza. "Y si hablamos de la mujer, la joven o incluso de la niña que, cual azucena candorosa, asoma a los azares del siglo, tenemos por fuerza que pensar que en ellas se alberga una suerte de sagrario que guarda las puras, limpias y piadosas esencias de la Santísima Virgen María, en todo inmaculada y en todo rosicler luminiscente de virtud. ¡Qué gran responsabilidad, pues, la del femenil género que no solo propulsa el humano linaje sino que cuida de la básica ...