ASÍ HABLÓ ZARRAPASTRO

Me llamo Zarrapastro. Como podrán comprobar por mi elongación craneal, soy un transhombre, es decir que ya he cruzado el abismo y dejado atrás esas actividades redundantes a las que usted, hombre corriente, dedica su tiempo. Pero como me aburro un poco, me gusta mirarles allá abajo trajinando con sus cosas, enzarzados en sus guerras y en sus cochinadas o ramoneando hierbecillas entre los áridos riscos para sobrevivir cada día. Pobres, es conmovedora esa lucha diaria por sacar la cabecita del lodo para respirar. A mí me distrae mucho contemplarles e incluso, por qué no decirlo, en algunos momentos hasta he sentido un puntito de envidia. Pero aunque les cueste creerlo dada mi condición superior, ahora mismo me siento inquieto, molesto a decir verdad. ¿Por qué?, se preguntarán. Pues verán, la imperfección puede ser aceptable para ustedes que viven en ella, pero no para mí. No puedo soportar el desorden, el err...